La secta sufí apareció como culto heterodoxo del islamismo en el siglo VII; los sufíes eran místicos mahometanos cuyo nombre proviene de la palabra árabe "suf" (lana) porque sus vestimentas eran de pura lana cruda, como símbolo de renuncia a los lujos del mundo. Los sufíes fueron sobre todo ascetas; el misticismo no surgió en Arabia sino en Persia.
Se ha descripto el camino sufí para llegar a Dios cuyas etapas son el arrepentimiento, la abstinencia, la renuncia, la pobreza, la paciencia, la confianza en Alá y la sumisión a su voluntad. Así, se pueden reconocer cuatro estados principales:
Cumplimiento de las leyes religiosas.
La vía por la que se busca a Dios, y el encuentro con la verdad.
Cuando el hombre y Dios son uno.
El más complejo de todos, en que el iniciado alcanza la Verdad Final en el éxtasis o Samadhi (posesión de sí mismo), el arrobamiento estático. Este último es el grado supremo del yoga, la supraconciencia, el estado en que la mente se fusiona con el espíritu, cuando se adquiere la sabiduría suprema.
El sufismo, que algunos autores hacen remontar al Corán, también está entrelazado con otras fuentes no muzulmanas como el cristinianismo, el neoplatonismo y las concepciones de Dionisio el Areopagita. De los Budistas tomaron la inmersión del yo individual en el ser universal, pero la inmersión del sufí se diferencia por no ser la serenidad sin pasiones, sino un éxtasis estremecido en la contemplación y gozo de la divina belleza.
Si para los místicos occidentales, Dios es el bien amado, el esposo divino, e incluso la teología cristiana y la judía interpreta el Cantar de los Cantares de Salomón como una alegoría del amor de Cristo y la la iglesia, no es sorprendente que para los orientales, atestiguado por los grandes poetas de la Persia antigua: Sa'di, Rumi, Hafiz y Jami hayan llegado a tener y haber utilizado metáforas, simbologías eróticas para evidenciar la aspiración al éxtasis del alma.
Este éxtasis emana de la unión con la divinidad y suscita una iluminación interior que permite conocer, aunque no anunciar, la esencia y la existencia: EL SER DIVINO.
RÚMI (Djala-odDin Rúmi, 1207-1273) fué uno de los más grandes poetas místicos del Islam, cuya obra según sus seguidores expresa la esencia misma del sufismo. Rúmi fue el maestro y fundador la cofradía de los Derviches danzantes, que tenían su sede en Konya, Turquía. No se debe confundir el Derviche que es un asceta capaz de resistir los más crueles tormentos , con el faquir considerado de inferior categoría.
" En el momento de la muerte el alma abandona el cuerpo,
lo deja como a un vestido viejo,
devuelve al polvo ese cuerpo que era polvo
y forma un cuerpo hecho con su propia
luz antigua".
Rúmi.